En un vaso de cristal consistente disponemos la hierbabuena, la lima en pedacitos y el azúcar moreno. Con un mortero machacamos la mezcla durante varios minutos contra el fondo y las paredes del vaso, hasta que el azúcar rompa y se cree una textura acuosa (es importante insistir en este paso para imprimir al mojito todo el aroma y el sabor de sus ingredientes). Añadimos una cantidad generosa de hielo picado y un chorrito de ron hasta completar las ¾ partes del vaso. Añadir la soda hasta alcanzar el borde, o en su defecto Sprite o 7Up, lo que dulcificará aún más el cóctel. Removemos enérgicamente con una cuchara de mango largo, decoramos con una ramita de hierbabuena y servimos con una pajita.
* Existen multitud de variaciones que le aportan nuevas perspectivas al clásico mojito: sustituir el azúcar moreno por blanco, la lima por el limón, añadir licores de frutas (melón, fresas, frambuesas...) e incluso la pulpa de alguna de ellas.