Preparación del bacalao:
Desalar el bacalao 48 horas antes e intentando cambiar el agua cada ocho. El bacalao para desalarlo hay que tenerlo en la nevera. Una vez bien desalado escurrir y reservar.
Elaboración del potaje:
En una cacerola con un poco de aceite de oliva pochar las zanahorias peladas y cortadas, el puerro cortado en rodajas, la cebolla y los dientes de ajo. Todo ello con un poco de sal. Cuando se haya pochado un poco, añadir los garbanzos y el pimentón, dar un par de vueltas y mojar con el caldo elegido. Dejar cocer a fuego suave durante unos 30 minutos.
Freír muy despacito el bacalao en un poco de aceite de oliva con la parte de la piel hacia abajo. Más que freír se trata de confitar. Reservar.
Las espinacas saltearlas en una sartén con un poco de aceite de oliva, unas gotas de agua y un poco de sal. Una vez hechas reservar.
Cuando los garbanzos y las hortalizas estén tiernos, retirar del fuego, triturar y rectificar el sazonamiento si es preciso. Poner en el punto de espesor deseado añadiendo, si es preciso, un poco más de fumet de pescado o de caldo de verduras.
Emplatado:
A la hora de servir poner en platos soperos la crema de garbanzos, sobre ésta unas pocas de espinacas salteadas y finalizar con el dado de bacalao.
En esta ocasión he transformado un plato de potaje "garbanzos con espinacas y bacalao", típico de la época de Cuaresma y Semana Santa en un plato más moderno, ligero y con otra presentación.
Ver receta tradicional del potaje